11. Pablo y Rosa. La Profecía
Santos cogió el legajo y lo movió ante los ojos del Letrado. – No, pero…, -Céspedes puso la mano delante de su cara como quitándole importancia. – Bien, -Santos tiró el informe en la mesa con desgana. – En este caso, -el abogado levantó la cabeza-, deben de mandarlo al Juzgado o en todo caso, …