16. Pablo y Rosa. La Profecía

              Se levantó temprano, estaba cansado, pero hizo un par de kilómetros más corriendo para poder despejarse, por supuesto a través del paseo de la Ribera; supuso que el agua le hacía sentirse menos extraño, añorar menos el mar, y correr le daba fuerzas para seguir el resto del día. Lloviera o tronara todos …