Otra noche que se acerca,
¿vendrá de guante de seda?
¿o de garra afilada para que muera?
Es la incertidumbre,
La que nace, inquebrantable,
Cuando la hora llega,
O el sueño te vence,
Te encomiendas a cualquiera,
Sea patrón, santo o la quiosquera,
Por supuesto, antes, las pastillas,
Rosas, blancas, amarillas,
Y esperas en la agonía,
De que ese esquivo sueño,
Sea tu dueño,
Por lo menos, hasta que venga el día,
Pero, que, en ese caso,
En el que ha querido,
Que quedes dormido,
Mil veces te ha despertado,
Mirado el reloj,
Y te has dejado caer, asustado,
Pues apenas si la noche comienza,
Y tus ojos no tienen conciencia,
De que deben estar cerrados,
Y se repite algunas vences tanto,
Que apena si son las dos,
Y estas sentado delante del ordenador,
Así que si,
Que ha llegado la noche,
Cuando debemos dormir,
Pue eso, que tú sabes,
¿Quién me lo explica a mí?