Todo se pierde,
Cuando llega el momento,
En el que la muerte muerde,
Y lo que hicimos,
Para conseguir,
Lo que conseguimos,
Será lo que contará,
Para nuestro destino final,
No harán falta ni jueces,
Pues fueron tantas las veces,
En las que el más inocente,
Engañó a tanta gente,
Que no lo podía creer,
Y es necesario que,
Declaren los testigos,
Cuando en la sala preside,
El que conoce todo,
El final, la pena sencilla,
Todo el mundo condenado,
No a veranos ni inviernos,
Sino a un eterno infierno.