
Pablo no entendía nada. Rosita estaba encendida, y con cara de asustada.
– ¿Qué te pasa?, -le preguntó un poco sorprendido.
– ¡Ay!, que no entiendes nada, miedo me da, pero si la Bisa María lo ha dicho, es la verdad, ahora…, -le susurró al oído-, esta es también tú gente, aunque no quieras; cuando viene un período de dolor, Dios nos manda un arcángel para que cuide de nosotros, y la abuela ha dicho que eres tú, «el que siega los campos», «el padre protector», te ha echado toda la carga del mundo encima, y a mí «la espina dorsal» y «la Luz de las mañanas», la madre protectora que cuida de la ira del Arcángel con los malvados. Yo creía que todo esto era un cuento. Pablo, el arcángel San Rafael no hablaba casi nada, era tan «callao» como tú.
Lo miro con la cara casi blanca.
– Abrázame, ,-le pidió-, tengo miedo.
La abrazó con todas sus fuerzas y él también sintió el temblor en la columna vertebral.
Se acercó Tomás y lo abrazó, le habló en voz baja al oído.
– Ves Pablo, como no me equivocaba, eres él.
Se separó de él y abrazó a Rosita.
Apenas volvió la vista, vio como Ricardo lo abrazaba.
– Hijo mío, cuánta razón tenía Pápa, eres él. Bendito seas.
Y lo besó en ambas mejillas. Se acercó Juan, lo abrazó.
– Me lo decía el corazón, Primi, lo que quieras, a muerte.
Más abrazos, y él sin enterarse de nada. Lo arrastró Rosita fuera del círculo de abrazos.
– Ya te explico, tonto.
Se oía «noches de bohemia y de emoción»…, Navajita Plateá, y Rosa se enganchó a bailar entre las parejas que estaban haciéndolo.
Noches de bohemia y de ilusión
Yo no me doy a la razón
Tú como te olvidaste de eso
Busco y no encuentro una explicación
Sólo la desilusión
De qué falsos fueron tus besos
Ya no sé cómo olvidarte, eh, eh
Como arrancarte de mis adentro
Desde que te marchaste
Mi vida es un tormento
Y ya no quiero recordarte, eh, eh
Ni siquiera ni un momento
Pero llevo tú imagen
Grabada en mí pensamiento
Noches de bohemia y de ilusión
Yo no me doy a la razón
Tú cómo te olvidaste de eso
Yo quiero vivir distante
De todo aquello que era nuestro
Pero el aire me trae
Aromas del recuerdo
No me pidas que me calle, eh, eh
Y tú no sabes lo que siento
Me has hecho una herida
En mi sentimiento
Noches de bohemia y de ilusión
Yo no me doy a la razón
Tú cómo te olvidaste de eso
Busco y no encuentro una explicación
Sólo la desilusión
De que falso fueron tus besos
Noches de bohemia y de ilusión
Yo no me doy a la razón
Tú cómo te olvidaste de eso
Noches de bohemia y de ilusión
Yo me doy a la razón
Tú cómo te olvidaste de eso
Busco y no encuentro una explicación
Sólo la desilusión
De que falsos fueron tus besos
Noches de bohemia y de ilusión
Yo no me doy a la razón
Tú cómo te olvidaste de eso
Busco y no encuentro una explicación
Sólo la desilusión
De que falso fueron tus besos
Noches de bohemia y de ilusión
Yo me doy a la razón
Tú cómo te olvidaste de eso
– Grandullón, dame un beso subio.
Rosa lo miró con sus bellos ojos azules, y sonrió.
La cogió por la cintura y la subió, besándola con todo el ardor que tenía, se estremeció entre sus brazos, y él también lo hizo. No supo el tiempo que duró, pero cuando terminaron, todos estaban mirándolos, se les subieron los colores a la cara, y todo el mundo comenzó a aplaudir.