64. Pablo y Rosa. La Profecía

Una medio sonrisa adornó el bello rostro de Rosa.

– Cuando estás graciosa…

Le comentó aburrida Ange arrugando la cara.

              Se agarró a su brazo con fuerza.

– ¿Cuándo nos casamos?, cariño.

Le preguntó.

– Cuando tú quieras.

Le contestó Pablo.

– En octubre, que me estoy haciendo vieja.

– ¿Dentro de diez años?

– Eso quisieras tú, este año.

Le dio un pellizco en el brazo.

– No sé si voy a poder.

Pablo puso cara de interesante.

– ¿Por qué?

Lo miró con cara de extrañeza.

– Porque no lo tengo anotado en la agenda, -le contestó con seriedad.

– Mira el payo como aprende.

Y se río, después le pegó un trago al cubalibre y le volvió a preguntar.

– ¿En qué Iglesia?

– En un restaurante con barra libre.

              Ange soltó una carcajada.

– Dónde las dan las toman y callar es bueno, -le comentó Ange.

– ¿Ya estás viva?, zombi.

Le preguntó sacando la lengua a su prima.

– Cállate, bulto con ojos.

Ange le sacó también la lengua.

              Y se rieron ambas.

– ¿Pero de verdad os gustáis?

Preguntó Ange.

              Rosita, agitó la cabeza arriba y abajo como si estuviera loca.

              Ange lo miró interrogándolo, no tuvo más remedio que decir.

– Sí.

Le salió tal como lo pensaba.

– Hay que me lo como.

Exclamó Rosita casi saltando encima mía, y dándole un beso en la comisura del labio, él ni se movió.

– Esto no me lo creo, todo el mundo de mentira y vosotros de verdad, Pablo, que somos gitanas.

Intentó explicarle Ange para que fueran sensatos.

– ¿Y qué?, -le contestó Pablo.

– Los problemas que vais a tener, además de que con ésta no te comes el pico una rosca hasta que te cases.

Le explicó señalando a su prima.

– ¿Y qué?, -volvió a contestarle.

– ¿Una gitana y un payo?

Insistió Ange.

– Sí.

– ¿Cómo vais a resolver tantos problemas?, -les preguntó Ange.

– Uno a uno y conforme vengan, -le respondió Pablo, tan serio, que él mismo se sorprendió.

-Y tú, ¿qué dices?, prima.

Le preguntó Ange a Rosita.

– Lo que él diga va a misa, y como le cuentes algo a la familia te mato.

Rosa puso cara de loba asesina.

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