Manos frías,
Y fría la nieve,
Aunque no nieve,
Fuera llueve,
Son lágrimas,
Son desvaríos,
Son suspiros,
De corazones perdidos,
Que susurran por las esquinas,
Las de las calles oscuras,
Las de los novios antiguos,
Las de las calenturas,
Las de los sudores,
Las de los escalofríos,
Que ahora,
Cuando nada vale nada,
Nadie en la esquina toca esa nada,
Ya no hay calentones,
Solo tristes revolcones,
De sexo abierto y cubierto,
Que nada vale ocultar,
Que nada vale aguantar,
Todo se mata al momento,
Solo queda eso,
La satisfacción, sin calentamiento,
Y el sino del escondido,
Ya no es nada,
Ya no quedan virgos,
Ni hombres que digan no,
Que guarden las calenturas,
Pues quien,
A estas alturas,
No tiene lugar,
Donde dejar,
Esas calenturas.