Días de azul del mar,
De gaviotas ladronas,
De arena dorada y volar,
De calor que no abandona,
De perfecto descansar.
Barcos pesqueros,
Que a contraluz se perfilan,
Dibujándose en senderos,
Mientras las olas los hilan.
Trenzas de caireles,
En las puntas de las olas,
Olas siempre fieles,
Con conchas que se inmolan.
Pequeñas y grandes, rotas, enteras,
Abiertas de par en par,
En la playa de blanca arena,
De un paseo junto al mar.
Atardecer con calor abrasado,
Amores cálidos y serenos,
Noches bajo el cielo estrellado,
El mar enfrente, sin frenos.
Marinero de tierra adentro,
Forastero en el andar,
Quizás olvides en tu pensamiento,
Que pronto te irás del lugar.
Lo vivido será solo recuerdo,
Y en la memoria quedará,
Vuelve si así lo quieres,
Pero nada igual parecerá.