Almas en soledad, cuerpos en suciedad,
mentiras enterradas en profunda oscuridad.
Putas santas, virgos olvidados,
pecados omitidos, pasados enterrados.
Pecadores, simuladores,
puercos de bocas sin rumores,
putos y puercas, seres malvados,
hijos del silencio, de lo creído olvidado.
Nacen de nuevo, de lo yerto,
de lo que perdió todo y nada es cierto.
Trozos de recuerdos en mares de olvido,
lágrimas errantes de ningún ser vivo.
Dolientes del alma, plañideras al vuelo,
que miran y nadie ve en su duelo.
En su farsa vivida, hijas del esperpento,
almas sin aire, sin vida, un tormento.
Conjunto triste de réquiems perdidos,
entre sollozos de almas de sordos oídos,
Correcalles de seres mezquinos,
hijos de un Dios divino y esquivo.
Que se aleja de su descendencia,
olvidada ya su propia existencia.