Barcos de madera, en deriva incierta,
perdido el rumbo, la esperanza abierta.
En zozobra, en mil mares tenebrosos,
sometidos por el rayo, instantes luminosos.
Barcos de madera, destino impetuoso,
siempre en busca de abrigo temeroso.
Miedo a la tormenta, abandonados,
por la suerte esquiva, siempre alejados.
El camino de agua, que pronto se pierde,
al deshacerse el surco que la quilla hiere.
Buscando el sendero entre las olas,
como errantes almas, esquivas aureolas.
Barcos de madera, prestos a claudicar,
a los embates del viento y del mar.
Si algún día arribas a buen puerto,
¿Qué harás con tu destino incierto?