Tras la cortina, en penumbra oscura,
Con tus soñadores ojos de cristal,
Miras al mundo, que en tu vista pura,
Refleja el iris de tu brillo celestial.
¿Qué piensas en la luz que se filtra leve?
¿En si me quieres? Me duele el pensamiento,
Si dudas de este amor que en mí se atreve,
Pues sólo tu ausencia es mi tormento.
¿Y si piensas si te quiero yo también?
Ese pensar me causa cruel dolor,
Pues el alma me duele con desdén,
Al imaginar que dudas de este amor.
Quizás te preguntes, no lo sé,
Si nuestro amor será eterno algún día,
Mas no te aflijas, amada mía,
Que la vida en su todo solo es,
El vaivén del diapasón fugaz,
Pero te juro, con sinceridad,
Que aun cuando el corazón, al fin,
Cese su latir y el alma pierda paz,
El último latido que habrá en mí,
Estará en la penumbra, en el rincón,
Tras de la cortina, y con fervor,
Vivo en tus ojos claros, mi amor.