Recuerdo aún, con la bruma del tiempo,
Aquellos momentos que guardo en mi aliento.
Perduran en mi mente, vivos, eternos,
Nuestros besos ocultos, dulces y tiernos.
Tu salida del colegio, mi escondida recogida,
Y aquel beso furtivo, robado en la vida,
Cuando nadie veía, en el secreto rincón,
Nuestras almas latían en la misma canción.
Las manos balanceando con suave compás,
Nuestros corazones repicaban, sin más.
Y esas miradas, iris a iris se hallaron,
Y el amor que sentimos, a raudales volaron.
Todo después fue distinto, lo sé,
Ni más placentero, ni menos fue.
Solo distinto, pues la vida cambió,
A peor o mejor, pero igual no quedó.
Ese trémulo palpitar que no se compara,
Con lo que el tiempo a veces prepara.
Más aquella sensación no murió en ese instante,
Aunque la vida pasó, llevada por el viento errante.