¿Recuerdas, mujer, cuando escapábamos,
Para amarnos, y entre clases nos hallábamos?
En la vieja facultad, en la vida pasada,
Cuando inocentes aun, no sabíamos nada.
¿Recuerdas, mujer, cuando nadie sabía,
Ni debía saber, ni lo permitía,
Que la bestia salvaje te amaba con locura,
A ti, bella princesa de verde hermosura?
De palabra seductora y sonrisa cálida,
Tu presencia era mágica y pálida.
¿Recuerdas, mujer, cuando el salvaje llegaba,
Y solo al oírle tu cuerpo temblaba?
Vibrabas bajo mi mirada certera,
Tus ojos eran dagas, dulzura sincera,
Que me hacían estremecer sin demora,
Como si el tiempo parara su hora.
¿Recuerdas, mujer, en la vieja ciudad,
Escondidos en la oscura realidad,
En las esquinas, fugaces, luceros,
Que nos amábamos sin frenos ni peros?
Nos recreábamos, labios hasta romper,
Eran besos que el tiempo no pudo vencer.
¿Lo recuerdas, mujer, después de los años,
Que han pasado como sueños y engaños?
Sin embargo, recuerdo tu esencia,
Tus labios, tus ojos, y aquella presencia.
Mujer, mi mujer, siempre en mi memoria,
Tu amor es mi vida, mi eterna victoria.