Me gustaría secarte, mojada en la brisa,
Cuando la noche calma y el alma se irisa.
Me gustaría secarte, con mano serena,
Para bregar en tu cabello de ébano y pena.
Línea a línea, onda a onda labrar,
Como si tu esencia pudiera acariciar.
Me gustaría secar tu cuerpo entero,
Como quien lee un poema sincero.
Como si lo bebiera, como si lo comiera,
Como si en tus caderas el mundo existiera.
El alma de tus labios quisiera probar,
Y el sabor de tu ansia beber sin parar.
Hasta dejarte seca, sumido en tu encanto,
Como si en tu ser mi deseo fuera tanto.
Perderme en tu esencia, ofrecerte el cielo,
Entre tu carne y alma, mi único anhelo.
Morir enredado en tu sexo divino,
Como si nada más tuviera destino.
Quisiera, quisiera, todo contigo,
Que el tiempo se detenga en cada latido.
Cuando gritas de éxtasis, al borde del sol,
Me llevas al cielo, mi mayor consuelo y rol.
Diosa del amanecer, hembra de la anochecida,
Mi amor soberbio, mi mujer querida.