Navidad 2.019
Hoy 25 de diciembre de un año que agoniza, por fin, me distraigo de mi digestión de serpiente después de haberse comido un búfalo, pues así me siento.
¿Qué comí ayer?, ¿Qué no comí ayer?, pregunta insidiosa, aparte de que no es el momento, cuando tu estómago, aun te está llamando de todo, y nada bueno.
Aun tengo la cabeza pesada, más aún que de costumbre, pero a pesar de ello, de las carencias que pudo tener ayer la noche, la Nochebuena, doy gracias a quien corresponda, porque no fue mala, no ya por la pitanza, sino porque, nos reímos, los unos de los otros, pero mas bien los unos con los otros, incluso alguien pisó el cable, pero no saltó ningún fusible.
Es curioso, como esto llega y por supuesto como pasa, dentro de nada, ni nos acordaremos de esos momentos que se perderán en el piélago de los recuerdos, pero algún día, lejano o cercano, los rememoraremos con nostalgia, como si de un regalo se hubiera tratado, aunque ahora, apenas si ocupe unos bocaditos en nuestro disco duro.
Estamos al borde un insondable precipicio, pero por lo menos ayer me reí, y espero que los demás lo hayáis hecho en la misma manera. ¿Qué será mañana?, nada bueno, seguro, pero eso será mañana, hoy, es Navidad, el resto del año, no.