Leiva Aguilar

Desde la plaza Ángel de Torres se accede a la calle Leiva Aguilar. Una vez que se deja a la derecha la calle Buen Pastor, se convierte en una calle estrecha y sin tráfico rodado, pues al final de la misma se retuerce noventa grados y lleva hasta la calle Barroso en la placita que se abre frente a una antigua bodega. Gran parte de la margen derecha de la calle pertenece a la tapia de la residencia de ancianos San Rafael, de las Carmelitas Descalzas.

Historia

Estamos en la citada calle de Jesús Crucificado a la que afluyen las de San Roque, del barrio de la Catedral, y la de Valladares, que pertenece al que vamos paseando (Barrio de San Juan y Omnium Sanctorum). Además tiene una calleja sin salida que debió comunicarse con la de los Barberos en la calle de Pedregosa, y es conocida por calleja Alta de Jesús Crucificado. En ella han abierto una puerta a un departamente del convento de esta advocación, después de suprimido, y han establecido el cuartel del Cuerpo de Orden Público, vulgo Policía. (Paseos por Córdoba).

En la actualidad lleva el nombre del médico cordobés Francisco Leiva Aguilar.

Francisco de Leiva y Aguilar fue un eminente médico cordobés. Nació a finales del siglo XVI y murió en Córdoba a mediados del siglo XVII. Publicó un importante título en 1634.

Biografía

Estudió medicina en Alcalá de Henares y en 1633 publicó “La decisión de la duda en que se pregunta si puede por la orina ser conocida en la mujeres la preñez”.

Posiblemente Francisco de Leiva y Muñoz, médico, periodista y revolucionario (*1824 – 1888), sea su descendiente.

Obras

En 1634 publica “Desengaño contra el mal uso del tabaco” con el que alcanzará tal éxito que el Consejo de Castilla prohibió la obra porque había disminuido seriamente la venta de tabaco.

En Córdoba se le dio su nombre a la calle Leiva Aguilar, calle donde nació y murió.

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