La vida tiene un sentido del humor difícil de entender, y por supuesto el pasado es un bromista tan serio como la muerte.
Creemos que el pasado no nos limita, podemos hacer lo que queramos, cuando queramos y con quien queramos, eso es cierto, pero solo falta un pequeño detalle, nos limita, es como un juego en el que cuando empezamos tenemos toda la baraja a nuestra disposición, y vamos tirando carta a carta, si no las guardamos, mala mano la que nos queda que jugar.
El camino de la vida está formado de parámetros extraños, una ruleta que no es circular, y que nos enseña como en un escaparate, lo que nos gustaría tener, y que cuando estamos a punto de conseguir, nos lo arrebata de un zarpazo.
Es la búsqueda de Ella, la elegida, pero en la búsqueda se requiere, como en los cuentos de hadas de determinadas virtudes, ¿Quién las posee?, ¿Quién es la merecedora?…