Hoy he Terminado…

Hoy he terminado el segundo tomo de poemas, o ripios, o escritura infantil número dos, que me da igual, el tema no es que sean buenos, o malos, es que despejan mi espíritu, ese del que cada vez más adolecemos, o cuando menos dejamos más imperfecto, como si eso fuera algo necesario de hacer.

Llevo un tiempo, que, como los mochuelos disecados de los viejos bares, me fijo en todo, o creo que así es, así que todo, incluso lo más nimio, es motivo de atención por mi parte.

A tenor de esta situación, no nueva, pero si exacerbada ahora, cualquier estímulo recibido por mi cerebro es degradado, diluido, hasta que creo encontrar la esencia de lo que nos quiere decir, más de lo que pueda parecer a primera vista, eso me ha sucedido al ver la televisión.

Normalmente no veo anuncios, por la sencilla razón de que no veo el aparato; si antes era mentiroso, ahora es algo increíble, pero los tiros de mi escopeta no salen dirigidos hacia ella, que también podría, sino a que inopinadamente, como subnormal de baba, me he quedado mirando los anuncios, una buena cantidad de ellos, pues los minutos que prometen entre programa y programa, o son mentira o que se hacen muy largos.

Aparte de esto, me he dado cuenta de lo que nos venden a través de esa cosa que se vuelve cada día mas odiosa, pues nos trata como subnormales, como si tuviéramos la comprensión de un búfalo cafre en sus días malos, gente estúpida que hace cosas realmente estúpidas para que la música o los colores, o lo que sea, se ensalcen unos con otros, o eso pretenden, para que la colusión de los mismos, o más bien el chirrido que producen, nos impelen a comprar lo que anunciantes con mucho saber y poca inteligencia nos quieren vender.

Mal asunto, dicen que la generación que ahora viene, rompe los esquemas, por primera vez en la historia de la humanidad, es más estúpida que la anterior; signo de progreso, no es, es más, se adecua a lo que he visto durante esos quizás escasos minutos, que se me han hecho largos.

Chicas guapas, vestidos estrafalarios, colores imposibles, tíos cachas…, la estupidez plasmada en lo que dura un anuncio, es decir, físicamente pocos segundos, sin embargo lo que puede producir en el cerebro… quizás años; Orwell, su 1.984, no está cerca, ya pasó, el soma, es soma, nos lo dan a diario, quizás no en pastillas, quizás en pildorazos, como los que me he comido en la tele, y para postres lo de internet, que se las trae, más soma, pero en forma de mentira, trolls, fakes, news, mil cosas, que además lo que nos viene escrito en anglomamón, nunca trae nada bueno, siempre ha sido así, pero no nos enteramos, que el americano es enemigo de nosotros, nada bueno, como de Francia o de Marruecos, puede venir de allí, ya se sabe, a fin de cuentas solo somos colonias, con la diferencia de que aún no nos hemos enterado, lo cual habla de nuestras entendederas con las diáfana claridad del que no se quiere enterar, ya se sabe, esta generación…

Soma (Un mundo feliz, Aldous Huxley, 1.932)

Soma es una droga consumida en el mundo cada vez que las personas se encuentran deprimidas, con el fin de curar las penas y controlar los sentimientos.

Esta droga se basa en la droga soma, que utilizaban los brahmanes en la época védica en la India, hace mucho, mucho tiempo. Más tarde se perdió el conocimiento acerca de esta planta, y actualmente no se sabe exactamente a cuál se refiere.

En la novela se dice que un gramo de soma cura diez sentimientos melancólicos y que tiene todas las ventajas del cristianismo y del alcohol, sin ninguno de sus efectos secundarios.

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