Torrijos

Comienza junto a la Puerta del Puente y termina en la calle Cardenal Herrero, transcurriendo junto al muro oeste de la Mezquita.

Esta calle, dedicada al General Torrijos, siempre ha sido una calle importante de este barrio de la Catedral.

D. José María Torrijos fue capitán del Ejército con trece años. Como era muy joven continuó cuatro años más en la Academia de Alcalá de Henares. En 1808, con 17 años, se incorporó a la Compañía que salía para el Parque de Artillería de Monleón. Con 20 años fue Coronel. En 1820 fue Capitán General de Valencia. En 1823 fue nombrado Ministro de Guerra pero no ejerció, Fernando VII volvía a ser el rey absolutista y Torrijos no estaba de acuerdo con el sistema y renunció a su cargo de General. Emigró a Francia y luego a Inglaterra, fijando después su residencia en Gibraltar. El Gobierno de Fernando VII le tendió una trampa y después de creer que le esperaba un ejército en Málaga, no fue así y tuvo que desembarcar en Fuengirola habiendo sido hostigado por la marina. Estuvieron sitiados cinco días y no tuvieron más remedio que rendirse. Sin ningún tipo de juicio fue fusilado con sus compañeros en el río Guadalhorce, en diciembre de 1831. Tenía 43 años.

En su número 4 vivió el rico labrador Fernando Suárez Alcaide.

En los años 60 del siglo XX -como todas las calles que circundan la Mezquita-Catedral tienen sólo viviendas en una de sus aceras,- desde su confluencia con la Judería, hasta la calle Medina y Corella, tenía 3 casas; la de Juana la jeringuera, en la esquina; la de la Farmacia de la Catedral, y la de la familia (¿?), que hoy son una sola y es la del hotel. En la acera de enfrente, está el Postigo de la Leche primera puerta del patio de los Naranjos en esta calle. La siguiente es la Puerta de Deanes.

A continuación de la calle Medina y Corella estaba la casa de la Familia Baquerizo, también agricultores -parte de esta casa, teniendo entrada por Medina y Corella fue posteriormente el Meson del Conde que hoy aglutina el Mesón que se llama Bandolero-, y otra casa. Como curiosidad, esta última fue donde inició el negocio de souvenirs la familia Adarve.

Luego estaba la puerta principal de San Jacinto o Maternidad -la entrada de Medina y Corella era para las parturientas-, hasta que fue trasladada al sanatorio de Puerta Nueva, una vez que desapareció de allí el Sanatorio antituberculoso, y ubicado este en el Los Morales.

Después, en dirección al Obispado, se encuentra el Hospital Mayor de San Sebastián, uno de los máximos exponentes del gótico humanista cordobés.

Este hospital dejó de serlo en 1815 cuando pasó a ser centro de éxpositos -niños abandonados por sus padres-. Como curiosidad anecdótica decir que, en este Hospital estuvo varios meses hasta que murió, otro córdobes ilustre, Ambrosio de Morales, cronista de la ciudad, sobrino de Fernán Pérez de Oliva.

En la fachada antes de llegar a la actual puerta del Palacio de Congresos actual, existía en la pared un torno, accesible desde la calle, donde abandonaban sus padres a los hijos que no podían mantener, para que la institución se hiciese cargo de ellos.

Y finalizaba la calle el Palacio Episcopal, antiguo alcázar Omeya.

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