Días de aire acondicionado

Días de aire acondicionado, los maravillosos momentos que nos regala nuestra maravillosa tierra. Salir a la anochecida, y con cuidado, que como el fresco no salga, mejor en casita.

Esa casita con tu aire acondicionado, siempre mirando la factura, y esperando que no salte el diferencial cuando el consumo general se dispara. Sequedad en los ojos, agonía de espera, aún con el artificial control de la temperatura, el caso, agobio, el de estar encerrado en el piso, como si tuvieras que purgar un delito, y encima pagando.

Cuentas los días, que parecen no pasar, mientras el profeta de la tele, de internet, de donde sea, nos amenaza con no más de lo mismo, sino con lo peor, aire africano, el niño, la niña, la madre que los parió a todos, ¡¡qué calor!!, y aguantar, y el enfado que me viene cuando oigo la frase “Ustedes es que estáis acostumbrados”, como si a la tortura se le pudiera poner buena cara, pues nada, cuando nieve que os jodan, que tenéis que estar acostumbrados…, pero no, no soy así, no me acostumbro a maldecir a nadie, y el caso es que Agosto es de plástico, se estira, y se estira hasta longitudes increíbles sin romperse, y aquí estamos sin acostumbrarnos, metidos en casa, agobiados, pesarosos, sin ganas de…, y, ¿qué más da?, estamos acostumbrados…

La madre que los parió.

10 Agosto 2024

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