Un Inciso

Aquí estamos, encerrado en la misma habitación, como si me la hubieran regalado, no, no es que sea masoca, es que es el crudo verano, el que mata a cualquiera que se le enfrenta, y yo, que ya tengo una edad dudosa de continuar, me tengo que esconder como rata de perro bodeguero, sabiendo, que, si me pilla, me deja hecho unos zorros, y aquí estamos, casi locos, o locos del todo, con no poder salir ni a tomar el aire que es fuego, que ni respirar se puede.

Es la maldición de los tiesos, quedarse escondidos, callados como putas, como si hubiéramos hecho algo malo, metidos en casas que se convierten en zulos, y así nos va, como putas por rastrojo, con todo apagado, que está la electricidad al precio del cinco jotas, y además, que si el aparato de aire no se enciende, no se rompe, ni listos que somos, pero al final te subvén más ganas de morirte, que si sigues vivo, es por inercia, porque por el gusto de vivir, seguro que no.

Y yo aquí, gastando folio, que no es en el ordenador, que encenderlo, no es barato, y además, así no se rompe, que el que no se conforma es porque no quiere,

Solo espero, que estas no sean mis últimas líneas, que es que me suda todo, no alegórica, sino físicamente, y el dolor de cabeza, y la hinchazón de los pies, que la de los huevos… ¿Qué voy a contar?, pues nada, me voy, que me caliento.

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