
Lágrimas de ángel sobre la ciudad,
Que se despierta y mira por las oquedades
Horadadas entre el cemento
Los carriles abiertos de la ciudad el alma,
Humedad,
lápiz de labios,
tacones
de perdidas ilusiones
entre peldaños de las escaleras ajadas
por el cansino caminar de miles de años,
sueños,
perdido en habitaciones blancas
tras las huecas pantallas de inteligencias baldías,
aconteceres diarios,
almas perdidas en los despachos,
sueños,
fríos de monótonos cambios,
sonrisa,
hecha perdida de vida
muerte
agachada tras de cualquier visita
clientes dioses,
demonios muertos,
los que salen de sus bocas,
de sus ojos yertos,
silencio
silencio de las oquedades
de los vacíos compañeros
de la soledad sonreída
del que matarte quiero,
odio negro en las entrañas
dónde el sueño ha muerto.
Lágrimas secas que no mojan cama,
Tortura,
Dolor y queja que matan alma.
Cuando termina el duelo,
El alma no se levanta
Sólo muere un poco más
Sólo ese escaso trozo del que ya no queda nada,
Ya no hay esperanza en la mañana,
Ya no queda nada.