Una tarde más. Aquí, escribiendo lo que me pasa, lo que percibo, quizás, hasta lo que pienso, que tampoco es tanto.
Extrañamente, aunque al final termine dentro de un formato digital, esto está siendo escrito a mano, con una estilográfica decimonónica, y en un papel olvidado hace tanto tiempo…
Extrañas cosas para alguien a quien le duelen los dedos de aporrear teclas…, si, es dulce el placer de escribir con la vieja pluma, en un viejo papel casi satinado.
Muchos no comprenderán jamás lo que intento describir, el deslizar de un increíble metal ahíto de tinta, plasmando tus pensamientos en lo que parece un trazo infinito.
La sensación de que tu alma se deja caer en la urdimbre única del papel…
Solo los que hemos dejado amoratado el lateral de un pobre dedo, comprenderán de que hablo, de los BIC, de los de punta gorda, de los de punta fina, del p… ROTRING que tiraba la tinta donde no querías, de las MILAN, que borraban o casi, de las FABER, que en su lado malo, arrancaban trozos de papel, enfadadas por no poder dejar inmaculado nada.
Y no hablo, que no quiero hablar, de ese increíble mundo que atesorabas en cualquier momento, que se perdía, como todo…, aquello que podía dar color al infinito, hablo del mundo, extraordinario universo, de los plumieres.