Tiempos de Agobio

Tiempos de agobio,

Cuándo nada es de silueta delgada

Lo borroso llena tus ojos

Confundiendo tu cerebro

Tiempos de incertidumbre.

De mulos ciegos, cargados de urdimbre

De la que se abren los mares

Para dejar jugar a tus pesares

Y el alma vuela

Con la presencia extraña

De aquella

Que un día olvidaste y hoy regresa

Tiempo de mirar el blanco encalado

Que nada dice y calla todo

Que te deja callado

Con lo que te cuenta al oído

Que nadie oye

Y te repite las cosas

Las que oír no quieres

Y te pierdes en los lares

De las muñecas tristes

Abiertas en cualquier lado

Vacío de hombre muerto

De aleteos de almas agónicas

De dividir el alma en dos,

De volverlas perdidas

Como la misma materia

De los sueños rotos

Y la vida continua

Carne con carne

Pero sin más nada

Y la vida traga

Y la que entra recibe,

Y el que da, muere,

Es la vida del mequetrefe

Del perdido entre carne trémula

Entre abiertos labios

De húmedas soledades

Y a romperlas entra

Creyéndose único

En la oquedad hollada

Y la cara malvada

De la que lo posee

Ríe descarada

Soledad, tesoro olvidado

Entre redes de carne que se llena

Olvidos de noches serenas

Perdidas entre derramas

Putas de mil camas.

Volver a las soledades

Sonreír por la noche

Ayunar por las mañanas

Y vivir con pocas ganas

Pero libre de someras trampas

De engaños, de oriflamas

De colores vacuos

De huecos humedales

Tener la certeza

De que al acabar el día

La vida vuelve

En círculos que se repiten

Y día a día te transmite

Que la soledad

Quizás el vacío

Es la bendición que esperas,

y no la compañía.

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