Lamentos Dentro De La Cabeza De Una Empresa

Hoy otro día más, no se diferencia de los otros, es triste, gris, anodino, aunque por fuera, a ojos de los que nada temen, sea perfecto, increíble, la temperatura no es la que corresponde, se puede salir… mil cosas más.
Sin embargo, para mi es martes, quizás el peor día de la semana, cuando aún no te has acostumbrado al ritmo del trabajo, aunque sabido es, que te acostumbras el ultimo día de la semana, a última hora, más que nada, cuando estás llegando a tu casa.
Lo cierto, es que hoy me siento tortuga entre ciervos, quizás porque van más rápidos que yo, más acertados, y más cornudos que de habitual…, me explico, en el trabajo, sea la excepción que quieras poner, no existen los amigos, si dices que tienes muchos, eso habla de que te nubla la mente la falta de conocimiento, no estás en una ONG, ni por supuesto con la pandi del bar, de la facultad, no, estás en una guerra, muchas veces incruenta, en la que cada cual se busca lo suyo, la mayoría de las veces oliéndoles la lengua a entrepierna de directivo, que la cosa es así, que el que no puede por inteligencia o dedicación, lo hace como mejor sabe, que cuerpo tenemos todos, y algunos, aunque vacíos, si son de poner sobre la tele.
Pero esos no son los peligrosos, los malos, son los navajeros, lo que tienes que estar pendiente de no estar a su lado, pues antes de que puedas pensarlo, ya tienes las tripas fuera, se ha quedado con todo lo tuyo, te ha dejado sin nada, lo que pensaste y trabajaste, te lo ha robado en un pis pas, como si no fuera nada, y ahora el hijo de tus entrañas, tiene otro padre, que normalmente lo lleva a otros estadíos, o a una amalgama de felicitaciones y puntos que no merece.
Es decir, en la empresa, ni triunfa el que más trabaja, ni el más inteligente, triunfa el de la lengua sucia, el ladrón de ideas, y por supuesto, el último, el que lame la oreja de los que quieren saber, a los que cuentan, no la verdad, sino su verdad, cuídate de ellos, pues te dirán lo que les interese, que llevará dentro del flujo de información, el llevarse a sus enemigos, a los que aportan poco a su propia carrera, que suelen ser los más válidos, con la única obsesión de ser el único, el número uno, pues de otra forma, difícilmente aguantaría un año en cualquier empresa, por muy fullera que sea.
Fauna variopinta, salvaje, calculadora, malvada, cainita, resilente, pestosa, envilecida, cruel, inane, deforme, podrida…, lo dejo que me encelo, que son tantas las virtudes del trabajador que no quiero dejarme ninguna.
Y por último, yo, que me siento el peor de todos, pues todos quieren algo de mí, llevarme por su camino, mentirme, asustarme, cegarme, incomunicarme…, tenía que haber hecho lo que pensé, no haber crecido, yo solo, hubiera llegado lejos, ahora, estoy dentro de un animal que me devorará, sino… al tiempo.

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