Plaza de Capuchinas

La plaza de las Capuchinas, de Córdoba, es una plazuela que abre a la calle Alfonso XIII, aproximadamente, frente al edificio del Rectorado. Tiene salida por calle Conde de Torres Cabrera

En ella se sitúa el acceso a la iglesia del Convento de las Capuchinas, (en el antiguo Palacio del Conde de Cabra). Rodeada de árboles, se alza en medio de la plaza el monumento al Obispo Osio.

Antiguamente se llamó plaza del conde de Cabra y plaza del Duque de Sessa

Monumento al Obispo Osio

Monumento situado en la plaza de Capuchinas, esta obra del escultor Lorenzo Coullaut Valera está dedicada a Osio, nacido en Córdoba en el siglo III d.C, que fue nombrado obispo de esta ciudad en 294.

La escultura fue inaugurada el 27 de abril de 1926, con la asistencia de numerosas personalidades de la época, entre las que se encontraban el nuncio de su santidad Pio XI, Monseñor Tedeschini, que presidió el acto junto al Obispo de Córdoba Adolfo Pérez Muñoz y el alcalde Pedro Barbudo Suárez-Varela. El acto gozó de una gran relevancia y esplendor, contando con numeroso público.

Osio

Nació en el año 257 en Córdoba, ciudad de la que fue nombrado obispo en el año 294, y murió en Sremska (Serbia) en el año 358. Algunos estudiosos, sin embargo, mantuvieron durante mucho tiempo que había nacido en Egipto, donde sí es cierto que vivió durante algún tiempo.

Padeció tormento y fue enviado al destierro durante la persecución de Diocleciano. Fue confesor de San Atanasio, obispo de Alejandría, y partidario suyo en su controversia con Arrio. Asistió al Concilio de Iliberis en España y acompañó al Emperador Constantino a Milán en el año 313, siendo posiblemente el artífice de su conversión al cristianismo y de la promulgación del Edicto de Milán, en el que da carta de libertad al cristianismo.

Cuando el arrianismo (herejía que negaba la consubstancialidad de Jesucristo con el Padre) comenzó a extenderse en Alejandría fue enviado para combatirla y con este fin convocó el Concilio más importante de los primeros tiempos del cristianismo en Nicea, en el año 323, en el que él mismo redactó el Credo: “Creemos en un solo Dios, Padre todopoderoso, creador de todas las cosas…”. Posteriormente, en el año 347, convocó el Concilio de Sardis y de vuelta a España reunió en Córdoba un Concilio provincial en el cual hizo admitir las decisiones de Sardis.

En el año 355 el Emperador Constancio II, convertido al arrianismo y temeroso de la influencia de Osio intentó acabar con su firmeza, respondiendo este a las amenazas del Emperador con una carta en la que le comunicaba su disposición a padecer tormento antes que ser traidor a la verdad. Esta contestación irritó a Constancio, que le hizo comparecer ante un concilio arriano, donde fue azotado y atormentado. Ocurrían estos hechos cuando Osio contaba con 100 años de edad y un año más tarde moriría desterrado en Sirmio (actual Sremska).

La Iglesia griega lo venera como santo el día 27 de agosto.

Convento de Capuchinas

Sobre la noble casa de los marqueses de Sessa, del siglo XV, se levantó, doscientos años después, este convento de las madres Capuchinas.

El edificio conserva, en el claustro, una imponente portada mudéjar y capiteles de origen romano, visigodo e islámico. También mudéjares son el artesonado y las yeserías del refectorio.

Los escudos de la familia que cedió el palacio siguen luciendo en techos y muros. La iglesia conventual, dedicada al culto de San Rafael, es del siglo XVIII, de una sola nave cerrada con bóveda de cañón.

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