Memoria Histórica

A fuer de tiempos convulsos que nos están creando, a los que no sabemos de crispaciones a flor de piel, me viene a colación un hecho por el cual, aun no desvelándome, me hace preguntarme acerca de lo que viene a representar la nueva ley, extensa, lata y me parece que inoportuna.

              ¿Cuál es mi inquietud?, supongo que todos los españoles, o por lo menos la mayoría, tiene una historia con respecto a la cruenta guerra que dividió España y que tanta sangre vertió.

              Fue hace años, pero lejos de aprender y dejarla en la distancia, nos la traen debajo de la barba, como si fuera pescado rancio, lo veo mal, pero aparte de eso, la duda es, ¿Qué sucede con los que hemos tenido familiares en ambos bandos?, ¿somos unos desarrapados, unos parias?, ¿o quizás descendientes de malas sangres que no sabían su sitio en el olimpo de los fratricidas?

              No lo sé, solo conozco los hechos de como fusilaron uno de mis tíos abuelos, en este caso, los llamados nacionales, o como dieron por muerto a otro a hachazos los republicanos, eso solo para empezar, también puedo hablar de familias de nacionales que se hicieron republicanos, y que en cada lado tenían familia, si, extraño, pero al final se conocieron, se siguen hablando y a pesar de todo siguen siendo hermanos, no se han liado a tiros, ¿tienen que empezar ahora?

              Me parece bien que cada cuerpo descanse en su tumba, pero de los dos lados, además con la esencia del perdón en unos huesos nunca olvidados, sean del bando que sean, pues a mí, extraño a todo lo que sucedió, solo me hablaron de la familia que se fue a Sudamérica, sin nada más que explicar, en voz baja, de cómo los conocí, pero a los hijos, a ellos no, y de tantas cosas…

              No sirva esto para nada sino es para relatar algo que a mí me aconteció, y ahora que lo creía olvidado, cuando no perdonado, vuelven a traerme de nuevo a colación, y repito la pregunta, ¿soy un maldito descendiente de fascistas, o de héroes republicanos?, ni lo uno, ni lo otro, soy yo, el que no quiere quedar enredado en el sarmiento de las bilis eternas.

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