Por Fin El Ruido Ha Desaparecido

Por fin el ruido ha desaparecido, las obras, el tráfico, el griterío sordo de la multitud se ha ido desvaneciendo, la noche ha devorado a los hijos de la locura y el desasosiego, y calma el alma, te invita a que la vida, el día, se descomponga en dos partes, la de la locura y la de la soledad.

              Ya no hay Putin, ni guerra en ningún sitio, la economía no es importante, y el gas, solo el de la cocina, todo se ha desvanecido delante de la pantalla del ordenador.

              El mundo, el nuevo mundo se abre en mi mente, y se plasma en bits blancos sobre negro, y como si fueran hormigas encaladas recorren las líneas ilusorias de una pantalla formada a impulsos eléctricos, pero eso es solo el final.

              El principio, es que ya no estoy aquí, ni con el que lea esto, ni tan siguiera con el que no lo lea, no es importante, porque estoy en el mundo que he creado, ajeno a este, del que me he despegado sin dificultad alguna.

              Está vacío, y lo pueblo de personajes, de mujeres lascivas, o de cándidas vírgenes, de poderosos guerreros, o quizás de genios, o de pobres hombres que hacen cosas magnificas o mezquinas, y les doy un lugar, ¿Dónde quieres?, parece que les pregunto, y me responden, o quizás, seguro, estoy loco y yo me pregunto y me respondo, y me da igual, el mundo se puebla de una época, de un lugar, de cualquier sitio, de cualquier manera, puedo hacer incluso que no se parezca a nada conocido, a algo que será real en un futuro, o nada de eso, es fácil, y a la vez un parto, que al final siempre es placentero a diferencia del real.

              Y mis héroes y demonios, crean vida, se entrecruzan, se enfrentan, generan bellas historias… y muerte, pero no la real, la que te intento transmitir para que solo sea dolorosa el momento que estás frente al relato, que después desaparezca, porque más tarde, quizás, una nube, una tormenta de felicidad lo llene todo y te deje en el paladar un sabor magnífico a lo que más te apetezca, o quizás cree ese final duro, amargo, incluso hasta parecido a la realidad, para que te des cuenta de que nada es tan bello como crees, realmente, todo es miseria, negro, triste, acabado, muerto… pero no, salvo excepción, te intentaré dar algo menos amargo que la realidad, lo que no es muy difícil.

              Y para terminar te voy a contar un secreto, no escribo para ti, ni para nadie, escribo porque me libera, porque me hace soñar, huir de una realidad que no termina de ser nunca algo estimable, y me pierdo en mis mundos, y los detallo, los transmito, pero como algo residual, lo importante, es que amo escribir, si de camino lo lees, bien, pero antes, ya había conseguido su objetivo, que yo me sienta bien mientras lo hago, el día que no sea así, que se convierta en algo tedioso, cansado, trabajo al fin de al cabo, no pondré una línea más en la imaginaria pantalla que es un aglomeración de bytes, de información que… qué más da.

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