Los tiempos del salvajismo, cuando la vida de un ser humano se comparaba con la de un perro, e incluso valía menos; donde ser cristiano, musulmán, judío, significaba la muerte con simplemente equivocar el lugar o el momento.
Cuando los reyes morían al ritmo de los guerreros, y sus reinados eran tan efímeros como los días en que se contaban.
Traiciones, golpes de poder, hermanos contra hermanos, todos contra todos, el poder como meta, y la muerte como herramienta.
La Fitna, la gran pelea alcanzaba su esplendor, cuando la mayoría de las taifas habían desaparecido, y solo quedaban las mas fuertes, las mas crueles.
Los tiempos de Al Mutadid, de su hijo Al Mutamid, del Visir Nagrela, de los Reyes de Garnata, de Isibiliya, de reinos cambiantes al son de la espada.
En el centro de todo esto, los mercenarios oscuros, lo combatientes malditos, los Majhub, comprados con oro, para derramar su sangre, en guerras en las cuales, si se perdía, era el exterminio, y si se vencía, era solo el preámbulo para la siguiente.
Y el Éxodo comienza, la búsqueda de un lugar mejor, lejos de la tiranía, de los anhelos ajenos, y de morir por otros, de intentar encontrar algo de libertad en un lugar donde era mejor ser esclavo que hombre libre.
Majhub, Malditos, Oscuros, Salvajes… ¿conseguirán su hogar?