
Y es un día gris, como si se quisiera esconder de algo, y a nosotros los del sur, nos suena raro cuando el sol no da la cara, todo es tan triste que parece que vives en otro país…, por cierto, hablando de país, vaya el que tenemos, el otro día pensé en él, como si fuera de otro país, de otro lugar, algo que de vez en cuando me gusta hacer, y lo que pensé, lo que vi, no me gustó.
Soy bastante de los de la media botella vacía, así que mis pensamientos nunca buscan el flower power, más bien son siniestros tirando a desesperanzados, pero el pensar en mi país desde fuera, fue triste; bien sabido es que el hombre es un lobo para el hombre, como dijo Hobbes, pero de ahí a lo que veo en esta piel de toro, con perdón, del animal que sea, tiene tarea; sé que todos los seres humanos van siempre en aras del egoísmo más insano, más terrible, pero aquí hemos llegado a un nivel que cuando menos me parece digno de estudio, eso sí, de veterinarios o zoólogos, pues aquí de seres humanos…, poco, más bien nada.
Todo es mentira, nada es verdad, salvo lo que interese al que mande, el país de la poca vergüenza, los políticos más repugnantes que se puedan inventar, rodeados de los palmeros mas asquerosos que pudieron parir las marranas mas gordas de las porquerizas, que asco, ya nadie cree en nada, todo el mundo se vende, y lo que es peor, tan barato que por el precio de nada consigues mil almas, si es que las tuvieran, pero no, no sé si nacen sin ellas, pero lo cierto es que actúan como si así fuera.
Escándalos, manipulaciones, situaciones esperpénticas, descaro en la desvergüenza, al final el país es espejo de lo que ve, nadie se mueve, todo se disgrega como si fuera arena, lo que se hizo durante siglos de material sólido, ahora no es nada, todo se vende en una venta de mercadillo, de cosas que nadie quiere, se vende la verdad, el honor, la bondad, a precios que casi no valen nada, además comprando dos, te regalan el tercero, de todas maneras, nadie los va a usar.
Las calles abandonadas a los que entran como si esto fuera su casa, llenos de ese ideal que a mi revuelve las tripas, de que todos seamos, al fin, de su secta, que no considero que sea otra cosa, y me duele el pensar lo que le voy a dejar a mis hijos con la postura de no hacer nada, de mirar como la vaca al tren, como si no me importara, solo de quejarme ante la pantalla…, es el signo de los tiempos, ¿tendrá que volver Don Pelayo, o aquí en Córdoba, que lo llamamos en latín, Pelagio?, lo que sea, lo que si es importante es el paisaje que cada vez se oscurece más, se llena de gente en los que la violencia es la norma de la vida, lo que dejaron nuestros padres con su sacrificio, ahora es vendido por unos votos, por hacer pactos con el que mal nos quiere.. en fin, lo que es un holocausto del que nadie quiere escapar.
Demasiado sale de mi teclado, que no pluma, pero me caliento, yo no me crie para esto, ni me esforcé, ni me partí el alma para llegar a estos extremos, no soy conciliador, ni me da la gana, ni quiero, que lo que me dieron mis padres, que pase a mis hijos, que no me lo roben los que han sido siempre asesinos, y si no lo creen que estudien un poco, que siempre es bueno, que miren la historia, y que comprueben quienes son realmente aquellos que…, me callo, que después me dicen que me paso, quizás sí, quizás no, pero es lo que hay, he mirado a mi país con los ojos de un extraño y me he quedado a cuadros, ¿Cómo se puede ser tan imbécil, tan soberbiamente vago, tan inane como un mejillón muerto?, pues si, somos lo queda después de nada, es decir, menos de nada, solo imbéciles, sinvergüenzas y caraduras, que les da igual todo, que solo buscan el beneficio propio, el egoísmo por bandera; a mí no me enseñaron eso, que pena, siento dolor, el de lo perdido, el de que…, ¿Qué más da?, nada cambiará, porque nadie será capaz de arriesgar nada por el futuro de sus hijos, así que las quejas, ninguna, calladitos, que tenemos lo que nos merecemos.