
Busco como el que nada quiere encontrar, a contrario de lo que quiere…, un galimatías, pero me entiendo…, nada, nadie, bueno si, mucha gente, pero la que quiero encontrar, pues va a ser que no.
Me siento, ¿qué otra cosa puedo hacer?, pues lo que los demás, periódico que tengo en mi despacho, café con jeringos, uno de los pocos sitios donde merece la pena jugarse la salud y la mancha en el traje o en la corbata.
Primer bocado, ni eso…
-Como cambias con chaqueta.
Sonrío, levanto la cara con el jeringo bajado, que hay que tener clase incluso cuando los nervios nos comen el alma.
-Si, hija mía, tu, mucho mejor, cosa que no creía posible, siéntate.
-Tienes mucho peligro, ¿te llamo Cesar o Flato man?
Sonrío, como gilipollas, ¿qué le vamos a hacer?
-Pues, Cesar, lo otro en la intimidad, que la gente, en esta ciudad, puede exportar mala leche, pero le gusta guardársela para gastarla con los conciudadanos, más si son familia.
-Si que conoces el paño, ¿cordobés de pura cepa?
-No, adoptado, pero me he hecho al hierro de la ganadería, ya sabes, ni cornada fura del albero.
Charo sonríe.
-Como sabes, -coge un jeringo-, de los mejores.
-Si, por eso lo de…, aunque la mayoría de los días, ya sabes, corriendo como loco, café, tostadas…, es que este me pilla mas lejos, en la oficina, tengo, asqueroso, bueno de los de cápsula, pero asqueroso.
-Eso si te dejan alguno.
Sonrío, en mi despacho no entra ni mi secretaria, pero eso lo sé yo, el exceso de información es malo, muy malo.
– ¿Dónde trabajas?
-En Hacienda.
Pone los dedos en cruz.
-Vade retro, Satanás.
-Y que lo digas, pero nunca coincidiremos.
-Supongo, -sonríe-, soy buena chica.
-Y hablando de todo, después de la información, ¿dónde lo haces tu?
– ¿El que?
-Trabajar, -sonrío-, mira que sois malos los de este rebaño.
Nueva sonrisa, café que le sirven sin pedir.
-Aquí al lado, justo, -se da la vuelta-, en el supermercado, llevo las cuentas, ya sabes, mucho número.
-Me quedo con el nombre, inspección al canto, se lo comentaré a uno de los subinspectores…
-Como si se operan, -sonríe mucho, pero no se le gasta-, solo llevo las cuentas, que pague el jefe, o los jefes, o quien sea.
-Esa es la actitud, una buena denuncia anónima…, -sonrío con maldad.
Charo mueve la cabeza, otro plato de jeringos que ataca sin piedad, mientas me pregunto como no tiene grasa en el cuerpo, que lo he visto en leggins.
-Mira que sois malos, tu eres de los de…
No dejo que termine.
– ¿De los de joder al personal?
La chica que asiente.
Me encojo de hombros.
-No, mujer, -sonrío-, yo solo detrás de una mesa, sonriendo, haciendo que el ciudadano le coja cariño a lo que no se le pueda coger.
-Desde luego…, trabajar en Hacienda.
-Es lo que tiene aprovechar unas oposiciones, -sonrío de nuevo-, el sueldo fijo, las prebendas, el tocarse la barriga…, mil cosas, que vosotros los pobres mortales no entenderíais.
-Si, que curráis menos que los reyes magos, una vez al año y encima es mentira.
Ahora si me sale la sonrisa de espontánea, será que no he oído la ocurrencia veces, pero suena distinto.
– ¿A qué hora sales?, Charo.
– ¿Me vas a detener?
Sonrío.
-No, mujer, que, si te recojo, -se me atraganta la garganta-, para tomar algo, café, refresco, arsénico…
-Muy tarde, hasta las siete, claro, como tú…
Tampoco la dejo terminar.
-Si, termino a las tres, pero también entro bastante antes que tú.
-Pero sales con el sueño descabezado.
-Tu ves, -asiento con la cabeza-, eso sí, ¿a las siete?
Charo asiente.
– ¿Que buscas?, señor que trabaja en Hacienda.
-Ya sabes, -la garganta que se cierra-, nada, nada malo quiero decir, solo soy alguien que está en tierra extraña…
-Menos lobos, ¿cuánto llevas aquí?
-Va para cinco años.
Charo sonríe.
-Que morro tienes, te espero a las siete, me invitas a cenar, que seguro que los funcionarios ganáis más que una pobre contable con más horas que un reloj atómico.
-Hecho, Charo, a las siete.
Charo se levanta, sonríe.
-Paga tú, que a mí me da risa.
Asiento mientras la veo como sale de la pequeña cafetería, ahora a reventar, suspiro, si, es guapa, de cuerpo mejor no hablar, pero no quiero eso, solo quiero…, compañía, a pesar de que…, si compañía, que lo demás, lo consigo pagando, que no quiero, ni lo he hecho, ni lo voy a hacer, pero la compañía…