
Nunca pasa nada, tranquilidad,
Miro al teclado,
Solo el sonido de teclear,
La pantalla se llena de palabras escritas,
Ideas que palpitan,
Que de mi quieren salir,
Y si, supongo que saldrán,
Se tienen que amontonar,
Mi mente no cesa,
No se detiene,
Lanza todo lo que le viene,
Y no sé cómo gestionar,
Que locura, sin parar,
Una tras otra salen,
De mi cabeza, sin cesar,
Por el ordenador,
También con pluma escritas,
El medio, ¿Qué más da?,
Nadie comprende,
Que, a pesar de sus lesiones,
Le salen a borbotones,
Las ideas que otros no pueden asacar,
¿Qué más da?
A quien interesarán,
Es en el desierto clamar,
¿Quién te va a escuchar?
Pero pienso en un momento,
Que ese no es el motivo,
Por el que no puedo parar,
Es que me peleo conmigo,
Y al final,
Me sirve para compensar,
Mi silenciosa soledad,
Así que, querido amigo,
Ya sabes lo que te pido,
Olvida la educación,
Mándala al olvido,
Pues solo lo hago,
Para seguir vivo,
No pierdas el tiempo,
En leer mis pensamientos,
Que al final, son solo míos.