
Ya no camino,
Sobre el camino negro,
De asfalto y riesgo,
Dejé mi caballo quieto,
Dejé de mover mi vida,
Incluso dejé de vivirla,
Los golpes, los años, mil casos,
Que hicieron que mis viejos brazos,
Con su peso no pudieran,
Y ahora cuando el sol se oculta,
Siento en la mente la bruma,
De cuando a doscientos,
La vida se iba,
Con el más mínimo movimiento,
De los cilindros el calor,
El aire a mi alrededor,
Que me quiere desmontar,
Y esa curva, la que vas a dar,
Que puede ser la última que virar,
Suspiro, ya no hay casco que poner,
Ni marcha que meter,
La bestia andará perdida,
En cualquier desguace,
Y a mí más viejo me hace,
Pues solo puedo añorar,
Los tiempos en que salía a cabalgar,
Sobre ese monstruo asesino,
Que me daba libertad.