La Vida, Algo que Discurre (Rima)

La vida, algo que discurre,
mientras la muchedumbre ocurre,
se escapa entre las propias manos,
dejando vacíos insanos.

El tiempo que todo consume,
la monotonía resume,
se adueña de cada rincón,
ahogando toda ilusión.

La vida, que nunca avanza,
que aplasta sin esperanza,
como si fuéramos nada,
una sombra abandonada.

El tiempo, el cruel asesino,
nos roba sin un destino,
sin sentido, sin consuelo,
borrando el azul del cielo.

Y cuando detienes el paso
para respirar despacio,
descubres, desde la lejanía,
que perdiste aquella alegría.

Tus manos, manchadas y tensas,
tus venas, gruesas, inmensas,
y en el espejo, el reflejo
de un alma sin su festejo.

Un viejo triste contemplas,
y aunque la mente lo niega,
reconoces en su mirada
tu rostro y tu propia nada.

Miras sin ver, sin consuelo,
ya pasó lo que fue el duelo,
eras un eslabón apenas
de una cadena sin penas.

Lo que debías hacer,
ya no se puede rehacer,
y solo queda el quebrado
que en el espejo ha quedado.

Estás solo, como al nacer,
sin preguntas por responder.
Nadie espera lo que harás,
nadie pregunta si estás.

Te dejas caer en el sofá,
viendo cómo el todo se va,
y en tu mente, tan doliente,
esperas el fin silente.

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