
La vida, algo que discurre,
Mientras miras a la muchedumbre,
Es algo que se escapa entre las manos,
Algo que nos deja con la vaciedad,
Del tiempo que transcurre,
Mientras que la monotonía,
Se adueña de todo,
La vida, que no pasa, que nos aplasta,
Como si no fuéramos nada,
El tiempo, el que mata,
El que nos roba la vida,
Sin sentido al hacerlo,
Para a cada momento,
Todo se vuelva más oscuro,
Más tenebroso, más duro,
Y cuando paras un momento,
Para recuperar el aliento,
Te das cuenta de que, en la lejanía,
Se perdió la vida que vivías,
Te miras las manos manchadas,
Las venas hinchadas,
Y en el espejo, el reflejo,
Es el de un triste viejo,
Al que reconoces,
Porque es tu cara el reflejo,
Y miras sin mirar nada,
Ya pasó lo que pasaba,
Eras solo un eslabón,
De una cadena más larga,
En la que ya no queda nada,
Pues lo que tuviste que hacer,
Ya está hecho y olvidado,
Y solo queda el destrozado,
Que en el espejo ves,
Estás solo de nuevo,
Como cuando saliste del huevo,
Solo te queda esperar,
De ti nadie, espera nada ya,
Te dejas caer en el sofá,
Viendo como la vida se va,
Y todo tu pensamiento,
Se centra en ese momento,
Esperando que sea ya.