
Quisiera pensar que el mundo ha cambiado,
que el ser humano ya no es despiadado,
que no hay que esconder más a los niños,
y que las noches ya no tienen guiños.
Que la mujer camina libre y plena,
sin riesgo alguno, sin miedo ni pena.
Que el dinero, aunque aún es respetado,
no es necesario, ni es codiciado.
Si algo te falta, basta con pedir,
y alguien vendrá dispuesto a compartir.
Que la violencia ha sido apagada,
y el enemigo, hoy, no vale nada.
Que la herrumbre consume sin rencor
aquello que antes daba solo horror.
Que ángeles bajaron de los cielos,
y habitan ya la tierra sin duelos.
Que Dios, en lo alto, al ver la hermosura,
nos ha olvidado… sin amargura.
Y el diablo, abajo, en su eterno encierro,
se rasca incrédulo su par de cuernos.
Todo es distinto, todo transformado…
abro los ojos. Me he despertado.