
El tiempo se encadena,
Sucede como si nada,
Se retuerce, se enreda,
Y cobra el peaje a cada parada,
Somos hijos de su segundero,
De su palpitar muerto,
De lo pasado es nada,
De que pasamos sin darnos cuenta,
Y la vida sigue sin un para,
Nos llama desde la distancia,
Que ya pasó, que ya no es nada,
Y la vida sigue, cansada,
Hablándonos, de lo que quedo tartas,
Abandonada,
Y el reloj avanza,
Pasa con paso ligero,
Como hijo del minutero,
Que nos mostró la balanza,
Y nada descansa,
No puedes parar,
Todo, nada puede cesar,
Es implacable, demencial,
El tiempo nos lleva por su secarral,
Nos abandona, a cada segundo,
Nuestra vida se desmorona,
Se deshace, y cae desde la altura,
Del sueño que se abandona,
Y al final, lo vivido es corto,
La vida es nada,
Nada nos espera,
Cuando el reloj acaba,
Solo el sonreír,
De una boca desdentada.