Árboles Caídos (Rima)

Árboles caídos, sin abrigo,
en un bosque que perdió su voz,
el musgo cubre, lento, su castigo,
tapando cada sombra, cada adiós.
Animales caminan con recelo,
con la vida aferrada a su temor,
el cuerpo tenso, el alma contra el suelo,
y el cernícalo observa con rigor.
Allá en lo alto, flota en gallardía,
dueño del aire y de su altitud,
aunque en la altura, también cada día,
alguien acecha, con quieta actitud.
Bajo los troncos, hay ojos escondidos,
vigilan a los frágiles, heridos.
Y un solo ruido corta el aire frío,
quizás el fin del último suspiro.
Vuelve el silencio en muda procesión,
y el musgo calla en su desolación.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *