
Árboles caídos,
En un bosque vacío,
Musgo que todo tapa,
En el silencio de la nada,
Animales con pasos cortos,
Con la vida en vilo,
Con el cuerpo tenso,
Y el cernícalo arriba,
Mira con gallardía,
Él es libre en las alturas,
Que también tiene quien lo cace,
Pero entre los árboles caídos,
Ojos miran a los desvalidos,
Solo un último sonido,
Quizás el último segundo vivido,
Y vuelve el silencio,
En el lugar donde el musgo,
Callado y húmedo, murió.