
Los pájaros azules levantan el vuelo,
Han dejado sus nidos,
Abandonados en el suelo,
Y mientras suben,
Piensan que su casa,
Serán las blancas nubes,
Y no piensan en lo cierto,
En que realmente,
Son solo cuervos,
Que un día triste y nublado,
A volar han echado,
Y felices piensan,
Que no son hijos de la tormenta,
Mientras que, al primer trueno,
Pareciera que los llama al suelo,
Y se miran en los charcos,
Arcadas de asco,
Son solo seres oscuros,
Que creían ser ángeles puros,
Y se miran asombrados,
Todos pensaban,
Que el era el único de la bandada,
Y cuando abren el pico,
Desatan graznidos,
Que ni la tormenta,
Que de rayos se alimenta,
Puede acallar ese ruido,
Y levantar el vuelo,
Y se posan en árboles,
Que hace tiempo que están muertos,
Ya nada esperan,
Saben que su vida entera,
Aún está cerca del suelo,
Lejos, muy lejos,
Del prometido cielo.