
Otro año cae sobre mí,
otro más… y ya perdí.
Como si no fueran bastantes,
seguimos, sin pausas constantes.
Como si tuviera sentido,
este camino tan repetido.
Son tantos los ya vividos,
que cansan hasta los recuerdos hundidos.
Una vida larga, aunque sin dicha,
que en mí, sin gloria, se desquicia.
No quiero fingir alegría,
hubo luz, sí, algún día.
Momentos breves de felicidad,
ahogados en dolor, sin piedad.
Instantes sin ningún color,
ahítos de pura desolación y temor.
Horas donde sólo esperas,
rogando al fin de tus primaveras.
Y no llegó, no fue así,
pues aún estoy aquí.
Contando lo que mi vida vio,
lo que dolió y lo que pasó.
Y seguiré, como se espera,
hasta que el hilo se rompa, sin frontera.
Y me desconecte al fin del todo,
sin juicio, sin aplauso, sin modo.
¿Será bueno? ¿Será fatal?
Sólo será… lo natural.
Humano y sin más marca,
como toda historia que se aparca.