
Una vez más, sin cortesía,
la vida viene por mí, día tras día.
Y pretende, sin dudar,
una vez más, llevarme al azar.
Pues son muchos los que arrastro,
como un río bajo el astro.
Pero aunque así lo parezca,
ni un solo día hay que no merezca.
Desde hace siglos o milenios,
he vivido mis propios dominios.
Y aunque todo parezca trucha,
cada día se llama lucha.
Solo es el paso de la hora,
que en días se demora.
Días que en semanas se hacen,
y los años, como llamas, nacen.
Y ya solo quiero estar,
en paz, sin más cargar.
Lo poco que aún me queda,
quiero vivirlo sin rueda,
tranquilo, sin la cadena
de esa ralea tan llena,
esa raza mal llamada
humana… tan desalmada.