
Hoy es un día extraño,
quizás lo sean ya cada año.
Demasiados en mi opinión,
cargados de confusión.
No sé si es que pienso de más,
o si mi mente, ya en su ocaso, va detrás.
Tal vez la vejez me ha nublado,
la razón, el juicio me ha ajado.
Lo cierto es que cada jornada
parece una escena forzada.
Distopía que se repite,
y lo que esperas, no se permite.
Nada sucede como imaginas,
solo ruinas entre esquinas.
Nada fuera de lo habitual,
solo tedio abismal.
La desidia se apodera,
y la esperanza se altera.
Nada cambia ni cambiará,
el destino siempre llegará.
Lo sabes, no lo evitarás,
ni te importa, lo aceptarás.
Es la cadencia escondida
que adormece ya la vida.
Es la pereza en tu interior
la que mueve tu corazón sin ardor.