Mil Años Parecen haber Pasado (Rima)

Mil años parecen haber pasado,

y el segundero se ha congelado;

es el diapasón de la continuidad,

la desesperanza de la cotidianidad.

Morimos apenas nacemos,

en la angustia nos perdemos;

solo cuando desaparecemos

la risa fingida sostenemos.

Reímos de todo en la jornada,

hasta que ya no queda nada;

y la vida avanza callada,

nunca nos toca, siempre escapa.

O eso queremos siempre creer,

pero la vida nos viene a ver;

nos encuentra y nos alcanza,

nos sobrepasa sin esperanza.

Nos mira de frente, nos espanta,

cuando su sombra ya nos quebranta.

El reloj consume sus postreras horas,

y llegan entonces nuestras demoras:

los miedos, los horrores, los clamores,

y el vacío en sus ojos sin colores.

Nos dice, sin palabras ni ruidos,

que ya somos, en verdad, idos.

Ya no queda constricción,

ni asomo de salvación;

en los últimos momentos,

mueren todos los movimientos.

No queda acto, ni redención,

solo el eco de una exhalación.

Nace entonces el escalofrío,

que nos recorre, lento y frío.

Susurra helado en el oído,

que estamos muertos, ya rendidos.

La vida se acaba, se va el viento,

nos abandona todo el tiempo.

Un viaje de ida sin regreso,

que lleva al infierno, sin proceso.

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