
Días en los que el cuerpo se desvanece,
Esa fuerza que creías tener, desaparece,
Miras la pared con ojos fijos,
Como si fuera un complicado jeroglífico,
Cualquier esfuerzo es titánico,
Hacer algo, maléfico,
Solo quieres quedarte en la cama,
Solo, sin revolver damas,
El corazón no se acelera,
El alma va por donde ella quiera,
Solo pides, sin mucho tesón,
Que venga el diablo,
Que te lleve del tirón,
Días de malsana intoxicación,
De no hacer nada,
De quedar bobalicón,
De que nadie te mire,
Cuando, descuajaringado,
Te tiras en el sillón,
Y la tele es tu dios,
Sobre el mando mandas tú,
Se cierra el círculo,
Ya nada importa,
Que venga un rayo y me parta,
Y se seguro, que es cierto,
Que ambos lados, seguro,
Acaban en el infierno.