Como Siempre (Rima)

Como siempre,

la luz se apaga y muere,

con la noche que no muere,

la que a la vida me lleva,

la que a la muerte me hiere.

Mientras en sombras calladas,

los lobos con hambre claman,

quieren morder mis pisadas,

y en la noche que se inflama,

nace el olvido y su trama.

Pero surgen los recuerdos,

con puñales ya escondidos,

son reyes en los más cuerdos,

pero en mí son conocidos:

asesinos, reprimidos.

Se apoderan de mi mente,

la infectan, la hacen doliente,

la pudren sin ser clemente,

la destruyen lentamente.

Y la oscuridad prosigue,

su reino jamás mitigue.

El frío todo lo abriga,

y en mis huesos ya castigue.

Llueve sangre de otros mundos,

de seres que son profundos,

moribundos, infecundos,

y sus gritos son inmundos.

La ropa ya no me alcanza,

y la vida pierde danza.

No quiere seguir su lanza,

y en mi mente no hay bonanza.

Se desquicia, se devora,

sin cesar, cada hora.

Y mi frente se evapora,

como si explotara ahora.

Así son todos mis días,

no para todos, dirías.

Solo para almas vacías,

sin nombre, sin melodías.

Mueren entre los colchones,

olvidados, sin razones.

Da gracias a tus oraciones,

al dios de tus bendiciones.

Que si hubiera él querido,

tus sueños, lo prometido,

serían peor que el olvido.

Descansa, no estás perdido,

no es locura, es tu camino,

día a día, tu destino.

Y olvida a los olvidados,

que aún lloran encerrados,

entre muros acolchados.

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