Como siempre,
La luz se funde,
Con la noche perenne,
La que me lleva a la vida,
La que me trae a la muerte,
Mientras en la oscuridad,
Los lobos aúllan,
Quieren devorarme,
Y la noche que ha nacido,
Oscura, hija del olvido,
Pero nacen los recuerdos,
Asesinos reprimidos,
Que se enseñorean,
De tu pobre mente,
Y la infectan,
La pudren, la destruyen,
Y la oscuridad continua,
Es la dueña de todo,
Y el frio te cala,
Los huesos ateridos,
Llueve sangre de seres moribundos,
Seres que no son de este mundo,
Y la ropa al cuerpo no llega,
La vida que es brega,
No quiere bregar,
Y la mente se desquicia,
La devora sin cesar,
Y la cabeza parece,
Que está a punto de explotar,
Así es todos los días,
No para todos los hombres,
Solo para aquellos,
Que no tienen nombre,
Que mueren,
Entre muros acolchados,
Por todos olvidados,
Así que dale gracias,
Al dios al que ores,
Que si hubiera querido,
Tus sueños,
Llenos de temores,
Serían peores,
Así que descansa,
Tu mente no desvaría,
Es solo tu día a día,
Olvida a los olvidados,
Que lloran,
Entre muros acolchados.