La vida es como una serpiente,
una grita y muerde furiente,
otra se arrastra, sutil y callada,
como una sombra malintencionada.
En mí, ahora que vuelvo la vista,
recuerdo cosas que el alma resista.
Quiero que digan de mí con respeto:
“Caminó derecho… aunque fue un trecho.”
Nadie se hace rico siendo honesto,
si no roba lo ajeno, aunque sea funesto.
El engaño, la trampa y la mentira,
son armas que el hambre inspira.
Quizás lo llegues a comprender:
primero se miente para comer.
Nunca quise ser de despacho frío,
ni caer tan bajo… pero era el río.
Aprendí con correazos despiadados,
dejaron cicatrices como sellados.
Bregué con diablos de risa idiota,
con gente que me tocó las pelotas.
Engañé a sabios con mente veloz,
a los que creen ser la voz.
Y mi deporte fue, sin remordimiento:
hacer de la venganza un monumento.
Guardé cada afrenta en la memoria,
cada humillación quedó en mi historia.
Los golpes que la vida me dio,
uno a uno, se los devolví yo.
Este viejo cuerpo que ves marchitado,
fue bestia, fiera… y ahora, frustrado.
No por culpa, ni por moralidad,
sino por los que escaparon, en realidad.
Unos porque no los alcancé a tiempo,
otros, porque la muerte fue su viento.
Y tras tanto andar por esta prisión,
me nace esta amarga reflexión:
Tal vez no sea sabio ni decente,
ni justo, ni fuerte, ni inteligente.
Pero como colofón final,
te dejaré mi juicio inmoral:
No quieras ser puro, ni buen cristiano,
deja eso a los curas… con su rebaño.
Tú sé ruin, traidor sin redención,
roba, mata, haz lo peor con decisión.
Quédate con todo, sin compasión,
sé ladrón, rey de la corrupción.
No tengas alma noble ni decente,
arrastra contigo a toda la gente.
Ten amantes, traiciona a tu hermano,
haz de tu infierno algo cercano.
Rodéate de enemigos, no de amigos,
ellos al menos no fingen abrigo.
Exprime a los que trabajan por migas,
déjalos sin pan, ni sal, ni ligas.
Quédate hasta con el aire y el calor,
sé la sombra del peor dolor.
Porque al final, la única distinción
entre tú, y esa “buena” población,
es que ellos no pudieron, ni supieron,
hacerte lo que tú sí les hicieron.