
La vida es como una serpiente,
Una grita como un poseso,
Otra es un reptil silente,
En mí, ahora que miro hacia atrás,
Recuerdo, lo que no quería recordar,
Quiero que piensen de mi persona,
Que fui alguien que camino derecho,
Pero solo un trecho,
Nadie se hace rico,
Sino quita lo que es ajeno,
Aunque sepa que no es bueno,
El engaño y la mentira,
Sirven para que salves la vida,
O quizás ya puedas comprender,
Que primero se usa para comer,
Nunca quise ser funcionario,
Nunca quise caer tan bajo,
Aprendí a base de correazos,
Que dejaron en mi piel,
Profundos, eternos trazos,
Bregue con diablos idiotas,
Con gente que me tocó las pelotas,
Engañé a los inteligentes,
A los que creen que engañan a la gente,
Y practiqué mi deporte favorito,
Que es de la venganza hacer un hito,
Guardé cada pisada,
Cada humillación pasada,
Los golpes que recibí,
Y uno a uno los devolví,
Y este viejo cascarón,
Que una vez, bestia fue,
Solo se siente amargado,
Por los que se le han escapado,
Unos porque no ha llegado,
Otros, porque la muerte se los ha llevado,
Y después de tanto tiempo,
Perdido en la constricción,
De mis innumerables pecados,
Hago una fuerte reflexión,
Que supongo que sale,
De una mente casi infame,
O quizás algo peor,
Así, que como colofón,
Que sean estas palabras someras,
Las que a modo de despedida,
Deje al esforzado lector,
Sírvase por seguir leyendo,
Lo que tengo que decir,
Es este caso escribir,
Es algo bien sencillo,
Que no tiene complicación,
Sé malvado, un ruin, un traidor,
Roba, mata, haz lo peor,
Quédate con todo,
Sé el mejor ladrón,
No quieras ser un alma pura,
Deja eso a los curas,
Tu solo, asola tu alrededor,
Que no quede nada,
Que sea de otro poseedor,
Ten amantes, traiciona a los amigos,
Rodéate de enemigos,
Que esos si sabes que son,
Exprime a los trabajadores,
A todos ellos le robes,
Los dejes en inanición,
Quédate hasta con el viento,
Cuando llegue el calor,
Porque solo se diferenciarían,
De esa temida persona,
En la que te convertiste,
En que ellos no pueden hacerte,
Lo que tú les hiciste.