Enciendo el Calefactor (Rima)

Enciendo el calefactor,

que hace poco apagué con temor.

Ya debía haber llegado el calor,

pues así marca el calendario, con honor.

Pero aquí me ves, temblando,

con el frío en el cuerpo, calando,

esperando que el viejo aparato,

me devuelva su tibio relato.

Fechas extrañas, días perdidos,

nos recuerdan los cambios temidos.

Aquellos que sabíamos vendrían,

aunque por necios, no lo creían.

Hay inviernos que ya no hielan,

y veranos que el alma desvelan.

La primavera, ya muerta quedó,

y el otoño, asustado, se esfumó.

Esto es lo que dejamos a los herederos,

un mundo enfermo, con cielos austeros.

Lleno de humo, de plástico y de ruina,

una tierra que apenas respira.

No nos lo dieron en perfecto estado,

pero lo que devolvemos… está arruinado.

Yo tal vez no fui el que más daño causó,

pero tampoco el que algo intentó.

Nada puedo decir, ni redención,

que me libre de la condenación.

Nunca me importó demasiado,

y ahora el precio está cobrado.

Cosas de mi generación,

que creía no había limitación.

Pensamos que el mundo resistiría,

que todo, al final, se resolvería.

No hicimos esfuerzo, ni conservación,

y ahora, ya es otra situación.

Solo queda resignación,

cometimos los pecados, sin redención.

A los que vengan tras nuestra estación,

solo podemos pedir perdón…

sin esperanza de absolución.

Ya nos vamos, sin redención,

una más… otra maldición.

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